martes, 14 de febrero de 2012

El liderazgo en las organizaciones escolares

Por: ROLANDO CRUZ GARCÍA

"Nuestra cabeza es redonda, para que el pensamiento

Cambie de dirección"

Francis Picabia

As organizaciones complejas, como son las instituciones educativas, requieren de un tipo de liderazgo distinto al de las empresas, los comercios o las organizaciones dedicadas a ofrecer servicios; y es que las escuelas son extraordinariamente difíciles y conflictivas, no sólo porque trabajan con seres humanos, siempre con caracteres bien disímbolos, sino porque trabajan con el intelecto de las personas.

Tal complejidad se da porque entran en juego aspectos tan variados como la formación humana, los intereses laborales, las metas y expectativas de la gente, los estilos de dirección y liderazgo, las aspiraciones de los alumnos, las necesidades de los padres de familia, etc.

En este sentido, la importancia del liderazgo no se discute, sobre todo en organizaciones que rayan en lo caótico y que necesitan de un estilo de dirección acorde con la organización educativa de que se trate; se ha demostrado que los procesos de calidad los dirigen líderes de calidad; por ello es común escuchar expresiones tales como, "las organizaciones son lo que son su gente", "la calidad la hacen personas de calidad", "los procesos educativos de calidad, generan personas de calidad", etc.

El punto de discusión respecto a los estilos de liderazgo educativo, no radica en la definición de dichos estilos: que si el directivo es un líder autoritario, o participativo, o democrático, etc. sino que más bien se basa en lo que hay que hacer para convertir a nuestras instituciones, de organizaciones altamente burocratizadas, lineales, rígidas, autoritarias y verticales, en otras más flexibles, horizontalizadas, participativas, de decisiones compartidas, etc.

De los factores que determinan a las organizaciones de alto perfil, que aprenden y que pueden llegar a ser líderes en su ramo, tal vez el más importante es la gente de calidad, la que tiene un alto compromiso institucional y que normalmente están implicadas en sus procesos organizacionales.

En investigaciones organizacionales, se asegura la gente en las instituciones, son lo que son sus jefes, es decir que los líderes formales e informales son los que crean o limitan las condiciones ambientales de desarrollo laboral y desempeño en el trabajo. Esto es cierto, sobre todo en nuestras escuelas, en donde el estilo de liderazgo de los directivos se refleja en el ambiente de trabajo y en la forma en que el personal se desenvuelve, al grado de asegurar que directivos ineficientes provocan caos y mayores problemas, que soluciones eficaces en las instituciones.

Por lo tanto, la función de un líder en las escuelas, no radica en el control burocrático de las funciones sustantivas, ni en el ejercicio de las partidas presupuestales, mucho menos en la promoción de su imagen y de sus aspiraciones administrativas; su verdadera función se encuentra en influir en las personas para el logro de los objetivos institucionales.

Cabe reconocer que los objetivos de la organización, especialmente en instituciones escolares, son los de cumplir a cabalidad con la misión, la visión y la filosofía institucional, no más, y normalmente nuestros líderes se pierden en el trajín diario y abandonan estas importantísimas guías del trabajo organizacional.

Un aspecto importante es definir que tanto la misión, como la visión y la filosofía institucional, centra su atención en la satisfacción del cliente, es decir en la formación del alumno, que no es otra cosa que propiciar "el avance en inteligencia, sensibilidad, autonomía y sentido de solidaridad que logran las personas, producto de su educación" (Flórez Ochoa, R. España 1999). Bajo esta premisa, los directivos deberán privilegiar dicha formación y olvidarse de asuntos periféricos, que no le competen.

Aunque los procesos de formación recaen como responsabilidad principal en el profesor, que es un líder situacional, sin una buena dirección se vuelve una tarea por demás difícil, ya que se tiene que lidiar con el grupo y soportar las malas decisiones del directivo. Para el profesor, el trabajo se centra en cumplir con su compromiso pedagógico, que radica en disponer del uso de la razón del alumno en la apropiación del saber, que el propio profesor posee.

Para que un líder educativo cumpla cabalmente con su función, no basta con tener buenas relaciones en todos los niveles sociales y políticos, sino que es menester preparase para dirigir organizaciones por demás complejas, actualizarse en todas y cada una de las temáticas que incorpora el desarrollo organizacional (cerca de 20 tópicos distintos), superarse al nivel de logros académicos y administrativos y profesionalizar su labor permanentemente.

El liderazgo institucional debe buscar siempre la forma de convertirnos en organizaciones maduras, con enfoques estratégicos, con misiones actualizadas, con planes de desarrollo institucional adecuados a nuestra realidad actual, con visión prospectiva, que nos lleve a considerar como impostergable la generación de este importante cambio.

Finalmente, los aprendizajes organizativos deben aceptarse, desde sus líderes como procesos sociales de profundas interacciones individuales, que tendrán siempre como objetivo y como resultado esperado la producción de nuevos conocimientos dentro de la organización, para convertirlas en organizaciones inteligentes.

Agradezco sus comentarios a: rolexmix@hotmail.com

Fuente:http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/707296.el-liderazgo-en-las-organizaciones-escolares.html


No hay comentarios:

Publicar un comentario